(AW) En esta nota, la Agencia Bolivariana de Noticias informa que en la pasada liberación de los cuatro uniformados por parte de las FARC hubo un hostigamiento deliberado de la aviación militar que puso en serio riesgo el operativo humanitario
(Caracas, Venezuela, 18 de febrero de 2009, Por Leandro Albani de.ABN) Durante la liberación de los cuatro uniformados por parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), el pasado 1 de febrero, hubo un "hostigamiento deliberado" por parte de la aviación militar de ese país que puso en peligro el operativo humanitario.
Así lo afirmó el periodista Jorge Enrique Botero, que ese día acompañó a la misión encabezada por la senadora Piedad Córdoba y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR,) encargados de recoger a los policías José Lozano Guarnizo, Juan Fernando Galicia Uribe y Alexis Torres Zapata, y al soldado William Giovanni Domínguez Castro.
Entrevistado en exclusiva por la Agencia Bolivariana de Venezuela (ABN), Botero recordó que la presencia de sobrevuelos en la zona indicada por la guerrilla, a orillas del río Caguán, fue constante, circular y sin pausa.
Para el periodista colombiano, que filmó todo el proceso para la producción de un documental, lo sucedido durante las liberaciones "se puede resumir sencillamente en un hostigamiento (aéreo) deliberado, constante, continuo y circular alrededor del lugar donde la misión humanitaria iba recibir a cuatro miembros de la fuerza pública en poder de las Farc".
La presencia de aeronaves "tuvo lugar todo el tiempo, sin pausa y por poco pone en peligro la entrega de estas personas", afirmó.
"Lo que sucedió fue un acto de irresponsabilidad, que violó gravemente el compromiso que había hecho el gobierno de garantizar que en la operación no iba a haber presencia militar", señaló Botero.
La liberación de los uniformados, más la entrega de los políticos Alan Jara y Sigifredo López, se logró gracias a la intervención del grupo Colombianos y Colombianas por la Paz, que desde septiembre del año pasado mantiene un diálogo epistolar con la insurgencia.
El operativo humanitario fue autorizado por la administración del presidente Álvaro Uribe y tuvo la colaboración del gobierno de Brasil, que prestó dos helicópteros con su tripulación para trasladar a los retenidos, aunque luego de la primera entrega de los uniformados, el Ejecutivo desautorizó a Córdoba y al resto de Colombianos y Colombianas por la Paz, poniendo en riesgo las otras dos liberaciones.
Botero manifestó que si bien los integrantes de la misión no observaron movimientos de tropas del ejército colombiano, si "pudimos detectar" y "oír vuelos constantes de distintos tipos de aviones", volviendo la situación "tremendamente tensa".
En el marco de lo que sucedía en la selva colombiana, las Farc le hicieron escuchar a los participantes de la comisión humanitaria las grabaciones de una interceptación de comunicaciones entre la base militar Tres Esquinas y los aviones que sobrevolaban el área.
Según Botero, en las pruebas presentadas por la guerrilla "se habla del envío y la movilización rápida de tropas" a los puntos acordados para la entrega de retenidos, donde los militares ordenan: "Tomen fotografías del lugar, tomen fotografías del lugar, porque hay que movilizar tropa por tierra".
Frente al panorama presentado en plena selva colombiana, donde los guerrilleros a cargo de los uniformados prisioneros estuvieron a punto de abortar la entrega, el periodista se comunicó por teléfono a la cadena Telesur para denunciar lo que ocurría.
Luego de sus palabras en vivo, un comandante de las Farc también reveló los sobrevuelos de aviones que podrían echar a perder la entrega.
"En el área había una situación tremendamente tensa, hubo un momento en que los guerrilleros advirtieron que en esas condiciones no se podía seguir la operación de liberación y por unos segundos las cancelaron definitivamente", destacó Botero.
El comunicador resaltó la insistencia de la senadora Córdoba para que se produjera la liberación, además del "comportamiento sereno de la tripulación brasileña del helicóptero y el esfuerzo que hizo el Comité Internacional de la Cruz Roja" que permitió "un desenlace feliz".
"De no ser que los guerrilleros tuvieron la oportunidad de denunciar públicamente lo que estaba ocurriendo, porque en el informe de Telesur se cuenta al mundo lo que estaba pasando, quizás ellos no hubieran accedido a liberar a los cuatro miembros de la fuerza pública", aseveró Botero.
Por esta razón, el periodista explicó que tomó la decisión de comunicarse con el canal televisivo ya que "no era lo mismo que llegara Piedad Córdoba diciendo que hubo sobrevuelos", a que las filmaciones y denuncias los demostraran.
Si bien el operativo humanitario se tardó debido a la presencia militar en las cercanía, algo que el gobierno de Uribe negó que sucedería, los cuatro uniformados fueron liberados y, con un día de retraso, Jara y López también fueron entregados de forma unilateral por las Farc.
Al regreso, Botero fue acusado por el Ejecutivo por filmar los hechos, aunque el propio gobierno permitió que viajara con cámaras para registrar los hechos.
El periodista analizó que las imputaciones de la gestión Uribe "está demostrando o revelando por qué no quería una cámara allí, por qué se opuso tan rotundamente durante varios días a que no fuera a haber un registro de lo que pasaba".
"Entendí por qué no querían que hubiera un registro, sencillamente porque iban a hacer una operación para entorpecer y no querían que quedaran huellas", expresó Botero.
AGENCIA DE COMUNICACION RODOLFO WALSH
19 febrero 2009
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