Sustancias psicotrópicas: Prohibido prohibir.

(AW) Utilizadas desde culturas ancestrales, las plantas medicinales conocidas en la actualidad como 'drogas' o psicotrópicos, respondían a rituales curativos y de adoración a los dioses. Hoy, campañas engañosas contra su consumo, suelen utilizar el slogan "La droga mata" con la clara intención de esquivar el verdadero flagelo que lleva a una grave problemática de salud a escala planetaria.

Las drogas tienen diversos usos medicinales y son insumos para la producción de fármacos terapéuticos. Su efecto nocivo depende de su empleo.

Pero esta problemática excede lo sanitario al pensar la solución, ya que su comercialización mueve unos 800 mil millones de dólares anuales. Poder e influencias políticas a nivel de gobiernos y sectores privados. Esta es la gran cuestión de lo prohibido.

(Por Marcelo Colussi, ) El uso de drogas no es nuevo en la historia; desde siempre se utilizan para evadir la dureza de la vida. No hay cultura que no las tenga. Hoy, sin embargo, ese consumo tomó características que lo transforman en un problema de salud pública a escala planetaria.

La cantidad de muertos y discapacitados que produce, la criminalidad conexa, el fomento de una cultura marginal, hacen del consumo de drogas un problema en el que todos estamos implicados. El uso de narcóticos se expandió mundialmente como problema por todos los estratos sociales, golpeando a niños de la calle y multimillonarios, en países pobres y ricos. Todo esto se sabe, hay acciones para enfrentarlo, pero el problema sigue creciendo. Si se dispone de tanto conocimiento al respecto, ¿por qué no vemos una tendencia a la baja? ¿Hay grandes poderes planetarios que no desean que esto termine?

Observada la magnitud global del negocio se comienza a tener una dimensión distinta del problema. Todo el circuito mueve unos 800 mil millones de dólares anuales -casi como las armas, más que el petróleo-. Eso es más que un problema sanitario: esa monumental cifra de dinero se traduce en poder, y por tanto en influencia política.

¿Qué pasa si se despenaliza el consumo de estas sustancias? Recordemos que, mundialmente, provocan más daños el alcohol y el tabaco -negocios enormes, pero que no alcanzan el volumen de los tóxicos prohibidos-. Vetar el acceso legal a las drogas, en vez de promover su rechazo, lo alienta (lo prohibido atrae).

Se hace mucho contra las drogas, pero el consumo no baja, lo que puede llevar a pensar que hay intereses ocultos que así se benefician. Si preocupa tanto este flagelo, ¿por qué no se despenaliza el consumo? Eso acabaría con innumerables penurias: bajaría la criminalidad, la violencia que acompaña a cualquier actividad prohibida; incluso bajaría el nivel de consumo al dejar de presentar el atractivo de lo vedado. Pero estamos lejos de la despenalización. Crece el perfil de lo punitivo: el combate al narcotráfico pasó a ser prioridad de los Estados en cuestión seguridad. Esto abre dudas: ¿será que la pasada Guerra Fría se trocó ahora en persecución a este nuevo demonio? El interés de los poderes hegemónicos, liderados por Washington, encuentra en este campo un buen motivo para prolongar/readecuar su estrategia de control universal, igual a como sucede con el "terrorismo".

Si queremos entrarle al problema hay que luchar por la legalización. Quemar sembradíos en el Sur no soluciona nada.

AGENCIA DE COMUNICACION RODOLFO WALSH