Buenos Aires, 5 de octubre de 2008 (Agencia Walsh, por Meriem Choukroun).
Un estudio sobre la repercusión económica del deporte depende esencialmente de qué se entiende por deporte.
Entonces vale aclarar que los pescadores, cantantes bajo la ducha, domingueros de la torta frita, o paseadores de mascotas, no ingresan en la categoría deportiva de ningún club.
Existe una diversidad de lecturas sobre la influencia del deporte en las economías nacionales y la dificultad de acceder a datos económicos fiables que ofrezcan un panorama real sobre la problemática.
Por ejemplo:
-El presupuesto que el Estado dedica al deporte.
-Cuánto dinero se gasta en la compra de materiales deportivos, ropa deportiva, etc.
-Tasa de empleo creado por el deporte.
-Presupuestos de los clubes deportivos.
-Repercusión de grandes eventos deportivos.
Algunas vertientes del deporte son tributarias esenciales de gasto. Tal es el dep
orte que se practica a nivel popular y su interés puesto en él, de lo cual surge un importante efecto económico. Le siguen en importancia los grandes torneos o campeonatos, sobre todo de fútbol o atletismo, que son pasión de multitudes.
Los dos modelos generan actividades económicas dentro de muy diversos sectores industriales. Tanto en las zonas turísticas con sus deportes locales como el esquí, deportes acuáticos o de montaña. Se desprende luego, la inversión de los consumidores y lo producido y comercializado. O dicho de otro modo: cuánto dinero gastan los habitantes de un país para el deporte, qué proporción del presupuesto doméstico se dedica a los gastos relativos al deporte y, por ende, a cuánto se eleva la demanda de un país en este abordaje. Cuánto aporta el deportismo al Producto Bruto Interno? En cuánto eleva la creación de riqueza de un país?
También se relaciona con el comercio exterior ya que sus productos son exportables e importables en cantidades, medidas en dinero, inimaginables. Es sencillo deducir que se asienta en la balanza de pagos y en todas las balanzas. Es de gran peso a la hora de pensarlo como generador de empleo y contribuyente en la reducción de la tasa de desempleo. Pero también actúa negativamente cuando sus inversiones revalorizan una región, desvalorizando otra o causando perjuicios ambientales.
Fuera de lo metodológico e inmersos en los datos de la realidad, habrá que considerar la transformación de los contenidos y la globalización del espacio televisivo que multiplicaron los intereses económicos del entretenimiento deportivo al beneficiarse con los derechos de retransmisión cada vez más sustanciosos.
En 1936, la primera retransmisión de los juegos Olímpicos de Berlín, atrajo 200.000 telespectadores. Medio siglo después, los de Barcelona 1992, reunieron a miles de millones de telespectadores en una exposición mediática de grandes dimensiones. Además del incremento de cadenas y bandas horarias que llegan a cubrir las 24 horas diarias.
Intereses políticos y económicos implicados, los grandes empresarios del deporte y el interés de los amantes llevan a un sistema intrincado e inseparable donde la ética se debate entre la vida y el más allá.
Con este mínimo panorama y a la hora de luchar por la distribución de la riqueza, donde el deporte resulta tan abstracto, debiera tomar cuerpo la idea de pelear en esta cancha también.
Fuentes consultadas: Prof. Klaus Heinemann
Jean-François Bourg/Jean-François Nys
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