Conflicto entre Argentina y Uruguay Botnia, hecho consumado Por Pablo Ramos | Desde
Los pasos previos señalaron qué pasaría. Montevideo no aceptó la relocalización de la pastera, le permitió continuar en Fray Bentos, y la semana que viene comienza a operar ¿Fin de la controversia?
Uruguay actuó como actúan las potencias: sobre los hechos consumados. Más allá de lo que las leyes internacionales escritas y las actitudes tácitas transmitan a través de su letra y espíritu, las naciones de peso han recurrido una y otra vez al ejercicio del poder y luego negociar desde una posición de facto. Montevideo ha reproducido esta conducta en su relación con Argentina a raíz de la instalación en la localidad de Fray Bentos de una planta procesadora de pasta celulosa del grupo finlandés Metsä-Botnia.
¿El por qué del conflicto? La ciudad de Fray Bentos se encuentra sobre la margen oriental del río Uruguay, que sirve de límite natural a ambos países. Sobre la ribera occidental se halla la localidad de Gualeguaychú, cuyos habitantes sostienen que la operatoria de la industria química va a contaminar el curso de agua y el aire. Más allá de esta suposición, un hecho concreto es la contaminación visual que la gigantesca chimenea de la empresa europea provoca hoy en la costa argentina. Esto es innegable.
No obstante las quejas, Montevideo fue coherente con una política de Estado iniciada hace una década y media. Uruguay decidió por entonces diversificar sus exportaciones (basadas en la carne vacuna, cuero, lana y cereales) y potenciarse como productor forestal. Las dos especies elegidas para este cambio fueron el eucalipto y el pino. Estas especies son las que mejor se adaptan para la producción de pasta celulosa, que es la materia prima para producir papel.
La producción de pasta celulosa requiere de ciertas condiciones que se encuentran en Fray Bentos, y que no es otra cosa que recursos naturales: la madera y el agua dulce. Es por este motivo, y porque
Los habitantes de Gualeguaychú se encuentran en movilización hace más de un año, con la realización de cortes de tránsito en el puente General San Martín que une ambas riberas para exigir la relocalización de la empresa a kilómetros de distancia. Sobre este punto no transigen. Del otro lado del curso fluvial, Montevideo contesta que la pastera no se mueve de Fray Bentos y que no existe margen para negociación diplomática posible hasta que no cesen los cortes de rutas.
La primer pregunta retórica es, entonces, ¿qué está dispuesta a negociar la administración del presidente Tabaré Vázquez, si desde el inicio niega cualquier cambio en la ubicación de la fábrica? Es decir, si los cortes de los puentes cesasen, ¿Montevideo estaría dispuesto a obligar a Botnia a desmantelar las instalaciones y mudarlas a otro sitio? La respuesta es un no rotundo.
El gobierno del presidente Néstor Kirchner ha recurrido al Tribunal Internacional de
Para la primera solicitud, el TI desestimó los argumentos de Buenos Aires, al determinar que al momento no existen indicios contundentes de que se haya provocado daño irreversible hasta el momento. En cambio, para la cuestión de fondo, pueden transcurrir años.
Las alternativas que tiene Argentina son nulas. En el terreno jurídico, sólo le resta esperar. En lo bilateral, podría tomar alguna represalia, que lo único que haría es encaminarse hacia la ruptura de relaciones. Y la acción bélica. Afortunadamente, a ningún argentino pensante se le ocurre cualquiera de estas dos últimas alternativas. Ni como remotas soluciones.
En Santiago de Chile durante
El inicio de las actividades de Botnia es inminente. El Gabinete de Vázquez ya tiene la decisión política de autorizar su operatoria entre la semana que comienza o la próxima. Y los habitantes de Gualeguaychú deberán acostumbrarse a la imagen de esa enorme chimenea humeando (como ya lo hizo durante una de las pruebas efectuadas) por los próximos 40 años. Porque el hecho está consumado.
pabloramos@prensamercosur.com.ar
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