Paraná, 12 de noviembre de 2007.(AW). Dos trabajadores de la pastera Botnia, que habían iniciado juicio por el escape de sulfuro registrado en agosto dentro de la planta, fueron despedidos por la empresa finlandesa.
Voceros de la Asamblea Ciudadana de Gualeguaychú dijeron que Luis Quinteros y otro trabajador que no fue identificado sufrieron en aquella oportunidad quemaduras en los brazos y las caras, como consecuencia de la emanación tóxica, y que fueron despedidos por la empresa.
En diálogo con los ambientalistas entrerrianos, los operarios uruguayos aseguraron que no fueron atendidos por el Banco de Seguro, porque Botnia busca evitar tener que reconocer que la causa de la lesiones fue el escape de los gases.
"Ese día estaba trabajando fuera de la zona donde se manipulaban los productos, arriba de un andamio a 50 metros. De golpe me empecé a sentir mal. Cuando llegué abajo me dolía la cabeza, empecé a vomitar y me desmayé. Reaccioné arriba de la ambulancia, desnudo y vi que me estaban lavando. Todo el mes siguiente tuve secuelas: cuando iba al baño hacía con sangre, y todavía hoy me despierto con dolor de cabeza. A uno de mis compañeros le fue peor que a mí, y todavía se brota si se expone al sol. La empresa nos dijo que no había sido un accidente sino un incidente y nos dejó sin atención", declaró Luis Quinteros a Página/12.
Los trabajadores denuncian que tampoco recibieron indemnización por parte de la empresa finlandesa radicada en la costa del Río Uruguay.
Quinteros reveló que, junto con su compañero, brindarán en las próximas horas una conferencia de prensa en Fray Bentos para denunciar públicamente a Botnia, a las autoridades del Ministerio de Vivienda y Medio Ambiente y del Ministerio de Trabajo uruguayos, por entender que los abandonaron y que no se hacen cargo de los problemas que han causado.
Por su parte, en Fray Bentos “la autorización para el funcionamiento de Botnia se tomó como un hecho más. No existieron manifestaciones callejeras, y dio la impresión de que hay dudas al respecto”, comentó la ambientalista uruguaya Julia Cóccaro.
Asimismo, informó que “habría dos nuevos obreros intoxicados” que se sumarían a los otros dos que sufrieron consecuencias en su salud a raíz de las emanaciones del emprendimiento. “Se protege a la fábrica para que nadie entre al predio, pero no hay seguridad frente a un derrame peligroso; es muy grave lo que nos puede suceder”, destacó con preocupación.
La empresa, en tanto, informó hoy que los fortísimos olores que toda la ciudad sintió en las últimas horas durarán “una semana”. Con total impunidad, la vocera de Botnia, Florencia Herrera, recordó que desde la empresa se adelantó que cuando la planta iniciara funciones “eso iba a suceder”.
Fuentes: Página/12 y Análisis Digital.
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