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Asunción Baamonde (tesorera), Isaac Díaz Prado (presidente de honor) , Francisco Pillado (Presidente), Gustavo Garcia (Abogado) |
Presidió el acto Isaac Díaz Pardo, quien va a otorgar poder notarial a la Fundación para que denuncie el asesinato de su padre cometido por los franquistas.
Isaac afirmó sentirse “muy agradecido porque gente más nueva, que no vivió tan de cerca el franquismo, esté promoviendo esta busca de justicia, tan necesaria”.
Se aprobó por unanimidad que la presidenta de la FCI sea Mariví Villaverde, hija del diputado Elpidio Villaverde. Mariví se mostró emocionada porque “por fin, después de tantos y tantos años desde que se cometieron esos crímenes tan terribles se abra una vía para hacer justicia”.
Asimismo, el nuevo vicepresidente de la FCI, Francisco Pillado se declaró orgulloso de pertenecer la esta Fundación: “Acepté la vicepresidencia de la FCI porque considero que romper la impunidad de los criminales de lesa humanidad es una causa justa, noble y que paga la pena”.
Pillado quiso aclarar expresamente que ?la Fundación no se concibió para buscar venganza, si no justicia, y la justicia es uno de los pilares del estado de derecho”. “Como ya dijo Gandhi “señaló- si aplicáramos siempre el ojo por ojo la humanidad entera quedaría ciega. La venganza es siempre cruel e irracional, es el preludio de los fanatismos”.
Pillado explicó así lo su filosofía como vicepresidente de la FCI: “Cantar a la defensa de la vida es nuestro mayor compromiso, más eso implica denunciar a los genocidas y llevarlos a los tribunales de justicia. Siempre sentí pánico de los fanáticos que, sin nuestro consentimiento, pretenden crearnos paraísos. Como dijo Stanislac Lec, “al paraíso siempre se va en coche fúnebre”. A veces los mayores genocidios se cometen en nombre de los paraísos. Yo, como Albert Camús, tampoco quiero paraísos en los que no pueda optar al infierno”.
Francisco Pillado leyó el fragmento de un artículo publicado por Le Monde (la raíz del premio Nobel de medicina a Severo Ochoa) en la época franquista, y que resume, cuando menos en parte, lo que los franquistas nos quitaron:
“Que podemos pensar de un país en el que Picasso no puede pintar, Severo Ochoa no puede investigar, Juan Ramón Jiménez, Rafael Alberti o Luis Cernuda no pueden escribir, Pau Casals no puede dar conciertos, María Casar no puede trabajar como actriz y Luis Buñuel no puede dirigir cine”.
Remató su intervención pidiendo “que nuestra voz, la voz de las personas que trabajamos en esta Fundación, sierva para reclamar justicia frente a los responsables de la barbarie Genocida. Genocidios nunca más”.